Por Juan Tomás Valenzuela
En lo de la guagua roja
de la Dirección de Aduanas,
a nadie le dió la gana
de enseñar toda la hoja.
La información está coja,
según recién supe ayer.
Pero me hicieron creer
que el truco del salvamento,
era solamente un cuento
del sector de Abinader.
Pues sucede que la guagua
quien la incautó no fue Yayo,
que eso pasó antes de mayo,
cuando Luis, andaba en yagua.
Pero este par de piraguas,
que habla sica por yutú,
quería armarle un rebú
a Yayo y a Julio Anulfo,
con un escándalo insulso,
más propio de Trucutú.
La jeepeta fue incautada,
pero no en esta gestión.
Fuén los socios de Rondón,
de Marchena y de Cavada.
La guagua estaba truqueada,
como traquean los Sonatas,
para que salga barata,
pagando pocos impuestos,
aún sabiendo que con esto
ya no engañan ni a la Táta.
Pero sucede que el dueño
se fue a Aduanas con su llave,
y conociendo la clave,
salió de allí sin empeño.
Se cree que le vendió sueño
a portero y celador
y encendiéndole el motor
como si el jeep fuera suyo,
dejó a Yayo en un embullo
y sólo dejó el hedor.
Pero ya este fue incautado
y quieren ponerme un bobo,
ya que el tema, ahora es de robo,
aunque el man no está acusado.
De hecho, él fue invitado
a presentar procedencia,
más su escasa inteligencia
lo llevó a hacer la denuncia
y de esta forma renuncia
a toda jurisprudencia.
Juan de los Palotes
21 julio 2021